El proceso electoral ha finalizado, sin embargo la desazón que ha dejado es evidente.
Sin perjuicio del desenlace electoral, la polarización intenta muy compleja, especialmente cuando lo que el Ecuador requiere es unidad, acuerdos, tolerancia y respeto.
Mas allá del discurso, las cifras crudas y reales de ingresos y egresos, evidencian que una mayor presión tributaria, o un incremento directo o indirecto de costos de producción, de igual manera "aportaría" a un mayor deterioro de la situación económica general.
Ya voces hablan de sostener el incremento "temporal" del 2% al IVA, al igual que el tema salvaguardas, u otras medidas que más que reactivar la economía, solo sostienen el gasto corriente del sector público, y frenan la inversión privada.
Es necesario buscar medidas y acciones que fomenten la recuperación de la confianza, empresarial y ciudadana, para lo cual el próximo Presidente debe dar señales que vayan en esa dirección. Luego de una década de confrontación, mantener o reciclar los mismos perfiles, no aporta a la confianza, más bien ratifica el hecho, que el cambio de Presidente, es solo un tema de formas, mas no de fondos, y que el próximo periodo presidencial, SI es más de lo mismo.
Si bien muchos podemos coincidir, que el Ecuador requiere un cambio de modelo económico, a un modelo donde el sector privado recupere su espacio, y donde se reconozca que este es el verdadero generador de empleo y riqueza de una nación, no menos cierto, que el principal cambio se requiere, es el Reencuentro entre ecuatorianos.
La Confrontación permanente, ha ido construyendo brechas entre "unos y otros", sin que necesariamente exista una razón técnica, económica o social para ello.
Empresarios "buenos" y "malos" o Políticos "buenos" y "malos", medidos y cuestionados sobre aspectos subjetivos. La confrontación como forma de gobierno, sin importar el daño social que esta causa.
Una sociedad no puede ni debe estar dividida, y menos aún en una situación como la actual, donde existe una realidad económica compleja, y esta, acompañada de una división social, que no aporta positivamente en ningún aspecto.
Las heridas sociales, deben ir sanando, ya que solo así se podrá pensar una Nación de Desarrollo. Este es el principal cambio que el Ecuador requiere para sobrellevar los problemas que actualmente se afrontan.
Con Esperanza y con Fe, debemos recuperar ese Ecuador de Paz que siembre fue la característica diferenciadora dentro de América Latina.
Rodrigo Gómez de la Torre
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