Desde hace décadas atrás, las leyes y normas
laborales se las ha ido construyendo en base a la realidad urbana. Las
llamadas conquistas laborales, han sido producto de la revolución industrial en
donde el ámbito de trabajo se encuentra enmarcado en un ambiente controlado,
bajo techo y con condiciones, de una forma u otra, controladas.
El sector agropecuario, por su naturaleza propia, tiene una actividad laboral relacionada a un ambiente abierto, y donde lo que marca la pauta, es el clima, sea este, sol, lluvia, viento, etc.
El concepto de TIEMPO, en la relación laboral
urbana, está vinculada a un reloj, y al paso de los minutos y las horas; en el
campo, el TIEMPO tiene que ver con el clima y condiciones naturales.
En el caso del Ecuador, desde la publicación del
actual Código Laboral, en 1938, este cuerpo legal se ha orientado mucho a la
relación laboral del sector industrial y comercial, y poco hacia una realidad
del campo. En una reforma de los años 80´s, incluso se retiró del Código,
ciertas particularidades para el sector agropecuario.
En la última década, se han dado varias
modificaciones al Código de Trabajo, muchas orientadas a que se incremente la
formalización laboral del sector, situación que la consideramos muy positiva,
ya que el trabajo adecuado es que se debe propender, sin embargo, este proceso
de creación y reforma de normas, ha venido traspasando la voluntad de
formalización, y ha ingresado a la delgada línea donde se podría confundir la
obligatoriedad con la penalización.
En la actualidad, la contratación de personal,
pasa por un proceso de análisis y evaluación que realmente deriva en un freno a
contratar, y es importante recordar que la relación laboral debe fundamentarse
en un ACUERDO ENTRE LAS PARTES, al igual que es importante tener siempre en
mente, que NO HAY PEOR TRABAJO, QUE EL QUE NO HAY.
Regresando al sector agropecuario, en donde más
del 25% de la población económicamente activa se encuentra, y donde, como lo
expresamos al inicio, el factor TIEMPO está vinculado con el clima, esta sobre
normativa y presión que de manera directa o indirecta se va generando, complica
cada vez más la contratación y en muchos casos deja en la vulnerabilidad a
agricultores cuya principal actividad es producir los alimentos para toda la
población y adicionalmente la generación de divisas que a través de la
exportación de productos primarios y agroindustriales, aportan de manera
directa a la economía de la nación.
El sector agropecuario, por sus características
propias requiere ser entendido y es fundamental comprender la necesidad de
normas diferenciadas, particularmente en materia laboral. El cumplimiento
de los derechos de los trabajadores es necesario, pero un cumplimiento que se
encuentre vinculado a normas acorde a las características propias, donde al
menos se podría identificar, actividades discontinuas, provisión de vivienda,
tenencia de animales, entre otros.
La necesidad de normas diferenciadas, también
viene de la mano del mismo hecho, que en el campo en trabajo no es en base a
máquinas y computadores, o trabajo en un escritorio, el trabajo está
directamente vinculado a animales y plantas, ambos seres vivos, que requieren
de cuidado y atención de manera indistinta los 365 días del año.
Rodrigo Gómez de la Torre
1-ago-2016

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